El miedo a la democracia

Polémica está causando en el PS la postergación de la candidatura senatorial de José Antonio Viera Gallo, quien había sido escogido como el mejor senador chileno los últimos 2 años por sus pares. Su candidatura será reemplazada por la de Alejandro Navarro, quien tiene un mucho mejor desempeño en las encuestas.

Lo que dicen hoy muchos dirigentes tanto de ese partido como del resto de la Concertación, es que a senadores como él hay que cuidarlos, ya que le hacen un gran bien a Chile. Es similar a las razones que se daban para la posible bajada de Girardi en Stgo. Poniente, las que se referían a mantener la "calidad" del senado al dejar a gente como Andrés Zaldívar, y dejar fuera a otros más polémicos y mas punzantes como el mismo Girardi.

Lo que estos destacados y opinantes dirigentes no toman en cuenta es que el Senado es (y debería ser) escogido por la ciudadanía y no por las cúpulas partidarias. Que la ciudadanía tiene todo el derecho a escoger a un candidato más polémico o mas combativo por sobre al que las cúpulas crean que sea mejor.

¿De qué sirve la candidatura, por ejemplo, de Viera Gallo, si perdería contra el candidato DC de la circunscripción? Es obvio que un partido racional debe poner no al candidato mas "bueno", sino al más elegible!. Claro que sería positivo que esas características coincidieran siempre, pero no lo hacen. Y eso es absoluta responsabilidad de los parlamentarios que se olvidan que deben ser elegidos por la ciudadanía. El trabajo en serio y correcto si no termina transformándose en un mayor apoyo electoral y elegibilidad, entonces es un trabajo que no asegurará la continuidad. Ese es el juego democrático. E intentar cumplir los objetivos partidarios fuera de ese juego es traicionar la democracia y todo lo que representa.

El terror a la Democracia que están comenzando a demostrar aquellos que lucharon tanto por ella es un síntoma muy preocupante de procesos que son bastante mas grandes. La prácticamente nula renovación de los liderazgos y cupos parlamentarios, la existencia de un sistema electoral con fuerzas centrípetas incontrolables y a las que no se puede escapar sin sobrellevar costos que el sistema político está demostrando que no está dispuesto a tener. Todo esto es parte del desgaste de la Democracia chilensis, cuya calidad decrece progresivamente. ¿Acaso Chile ya se olvidó de cómo es un país no democrático? ¿o acaso nuestra clase política sencillamente está cansada y pide a gritos ser reemplazada por nuevas fuerzas y bríos?

Cualesquiera que sean los motivos, claramente las soluciones no dependen de quienes hoy le tienen miedo a la democracia, sino de quienes creen fervientemente en ella. Y están dispuestos a correr los costos de confiar en la ciudadanía.

UPDATE: Ahora acaban de bajar a Ricardo Lagos Weber. Es increíble que se baje gente por la sola razón de ser candidatos demasiado buenos. Ese es justamente el miedo a la democracia. El cáncer que corroe al sistema político.