13 mayo 2005

El acomodo de la política

Con las encuestas dando cada vez más claridad acerca de lo que sucederá en la primaria y en las elecciones de fin de año, no podemos sino ver en cada movimiento de la política nacional, un acomodo de las piezas para actuar mas fácilmente ante los escenarios que vienen encima.

La renuncia de Alejandro Foxley (con su sólo implícito reemplazo por Frei) le abre la puerta a Alvear a un rol en el futuro gobierno de Bachelet. No como generalísima de la campaña como le gustaría a la segunda, sino enarbolando un liderazgo en su partido, probablemente coronado con su presidencia cuando termine el período de Zaldívar (o después de las elecciones, si el resultado de la DC no es positivo). Todo esto desde el senado, en una de las circunscripciones mas importantes de Chile. A diferencia de Lavín, la "chol" no pretende dejar la política activa, ni sus pretensiones presidenciales una vez perdida esta contienda.

En la otra vereda, las campañas presidenciales de la alianza para el 2009 comienzan en las disputas en el senado. La inminente derrota del presidente de la UDI (en el puesto histórico que ocupaba Jaime Guzmán en Santiago Poniente) frente a su mayor enemigo abre por primera vez en años una duda acerca de la hegemonía de ese partido dentro de su sector, y levantaría definitivamente la candidatura del vencedor Piñera. Mientras las fichas de la UDI se apuestan en Santiago Oriente intentando resucitar a Pablo Longueira para detener cual Superman a esa locomotora que se viene encima.

En la vereda de los que institucionalmente "no importan", se decidirá en un mecanismo bastante particular su abanderado presidencial: Primaria abierta para elegir a 2 precandidatos, los que a su vez se medirán en una asamblea cerrada. Aquí no se trata de construir liderazgos a futuro, sino de seguir presentando una opción alternativa al sistema. Pero dependiendo completamente de lo que suceda en la Concertación: Si Alvear es la candidata obtendrían cerca del 10%, mientras que sólo un 2% si Bachelet es la elegida.

Todo esto parece muy importante, muy novedoso.. pero cambiando los nombres (de las personas.. ni siquiera de los partidos) este escenario bien pudo haber ocurrido en 1994 o 1999. Ninguna novedad (fuera de la curiosidad del sexo de la futura presidenta) bajo nuestro sol.

El sistema binominal, que como estructura de las elecciones, determina la forma y funcionamiento de nuestro sistema político, busca la estabilidad en Chile. Y ha sido magistral en lograrlo. A diferencia del resto del mundo donde se busca la gobernabilidad (con sistemas mayoritarios) o la representación (con los proporcionales), Chile es el único país donde se tenga como valor el "que no ocurra nada".

Chile es un país radicalmente distinto a lo que éramos en 1989 (cuando comenzó esta estabilidad), y el desfase entre su población y su sistema político crece y seguirá creciendo mientras continúe siendo TAN estable. Lamentablemente tenemos que esperar: o que el propio sistema político abandone las cuotas de poder que le convienen, o que venga el estallido social que nos mande un par de décadas hacia atrás, y sean las minorías exaltadas las que tomen las decisiones por nosotros.

En las manos de nuestros odiados y vilipendiados políticos está si es que la "historia de éxito" chilena cambie a "la historia de un fracaso latinoamericano" que está tan de moda hoy. Un alivio..
Blogger Dani dice...

Y tal como todos sospechábamos desde que Foxley dio un paso al lado, "candidata a senadora habemus".

Ta muy buena la imagen del living blanco ése que le da nombre a tu blog. La encuentro muy muy bkn.

9:46 p. m.  

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