03 mayo 2005

The Life Aquatic with Steve Zissou


La ví la semana pasada, pero merece una revisión. Excelente película que me hizo valorar la obra de Wes Anderson (The Royal Tenenbaums). Estando mejor lograda que la anterior, por fin pude identificar con precisión la atmósfera que entregan sus películas: la angustia melancólica. Y entregar esa sensación mediante una película que es primordialmente de humor, es sencillamente notable.
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Blogger Davor Mimica (www.davorloft.cl) dice...

Nunca pude entender a cabalidad The Royal Tenenbaums; me dejó una sensación incierta, y no capté el objetivo de la película. Era una comedia? No era claramente de carcajadas, sino de humor sutil y fino. Era un drama? Claramente no era uno tradicional ya que no permeaba efectivamente los sentimientos de los personajes.

Sólo ahora, al ver la siguiente película de su director, pude entenderla. The Life Aquatic with Steve Zissou es una obra que busca lo mismo que la anterior. De hecho tiene prácticamente el mismo reparto (queda claro el fetichismo de Anderson por Owen Wilson, presente en TODAS sus películas). La diferencia con la anterior, es que logra transmitir ese objetivo con mayor facilidad al espectador. Tiene el mismo humor sutil y fino, y oculta de igual manera los sentimientos de los personajes durante el drama, pero es clara al definirse como una película que busca entregar al espectador un estado de ánimo particular: la angustia melancólica a través del humor.

Para esto, se utiliza un estilo de diálogo donde se aprovechan los silencios de manera magistral, dando el espacio la espectador para hacer sus propias interpretaciones, pero sin llegar a cansar. La propia historia no parece ser el centro de la película, sino un instrumento más para lograr sus objetivos: un camino donde encontrar siempre situaciones en las que se pueda exprimir esa sensación permanentemente buscada.

La película trata acerca de un explorador marino, estilo Jacques Cousteau, que se encuentra en una imparable decadencia en la calidad de sus documentales, el aprecio del público hacia él, y sus propias ganas de continuar haciéndolo. La historia comienza cuando en uno de sus viajes, un enorme y extraño tiburón supuestamente se come a su mejor amigo, y él jura venganza.

La fotografía es bastante buena, pero llama la atención las escenas donde se muestran trozos de los ducumentales hechos anteriormente por Zissou, que son una parodia a sí mismos: Un mundo de papel maché y agua de acuario.

Donde sí quiero detenerme es en el sonido. Como ya es costumbre para Anderson, no utiliza música incidental, sino aprovecha el sonido ambiente. Esto fue positivo para ésta película sobre la anterior ya que en esa teníamos un permanente e incómodo silencio, mientras aquí tenemos permanentemente al mar de fondo sonoro. Pero ante la falta de sonidos, tenemos una múisica sencillamente genial. Anderson fue capaz de escoger títulos ya sea conocidos o desconocidos que le entregan el toque definitivo a la sensación total de esta película. Y no hablo sólo con respecto a los temas, sino que se escogió la interpretación perfecta para cada uno. La mejor, fue una interpretación espectacular de Bowie de "Life on Mars". De hecho lo primero que hice luego de verla, fue bajar su soundtrack.

Pero lo más notable para mi gusto, fue el marino portugués (o brasilero) que en momentos clave, tomaba su guitarra y cantaba a capella y en su idioma clásicos de Bowie con una voz rasgada pero intensa. Todo el estilo.

Recomendadísima. Una de las buenas películas que he visto este año.

3:13 p. m.  

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